Jesús dijo a sus discípulos: «Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os aseguro que no perderá su paga. Si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le atasen una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida que con las dos manos ir a parar al horno, al fuego inextinguible. Si tu pie te hace caer, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que con los dos pies ser arrojado al horno. Si tu ojo te hace caer, arráncatelo. Más te vale entrar con un solo ojo en el reino de Dios que con los dos ojos ser arrojado al horno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán sazonados al fuego. La sal es buena; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonarán? Vosotros tened sal y estad en paz con los demás».
«Tú mi hermano» © Autorización de Cristóbal Fones
«Quieting» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons